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Mostrando las entradas de agosto, 2010

El Atentado.

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Habría que empezar diciendo que el nombre de Jorge Fons ya tiene su lugar en la historia del cine mexicano por una película que realizó en 1995, que llevó el nombre de El Callejón de los Milagros y que por mucho tiempo ostento el titulo de la cinta mexicana más condecorada alrededor del mundo, en aquella época antes de Amores perros, cuando nuestro cine todavía no era tan popular en el extranjero. Igual por aquellos tiempos dirigió una cinta sobre la matanza de Tlatelolco, Rojo amanecer, cuando el tema todavía no se podía tocar abiertamente en ningún lado y algunos de sus otros títulos tienen una cierta carga social y política. Por lo que en su colaboración para la conmemoración del bicentenario de las fiestas patrias de México no podemos esperar una visión histórica, romántica o inspiradora. En El Atentado retrata al México del porfiriato cuando en 1897 se atentó contra la vida del Presidente Porfirio Díaz y para lograrlo se basa en la novela de Enrique Mendoza Hernández en la que el

El Sueño de los cuartos infinitos.

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Hay una parte del libro Cien años de soledad del Gabo Márquez que me gusta mucho y que a continuación parafraseo respetuosamente. Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y entraba a otro cuarto igual, con la misma cama de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual, hasta el infinito. Le gustaba irse de cuarto en cuarto como en una galería de espejos paralelos, hasta que Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. Entonces regresaba de cuarto en cuarto, despertando hacia atás, recorriendo el camino inverso, y encontraba a Prudencio Aguilar en el cuarto de la realidad. Pero una noche, dos semanas después de que lo llevaron a la cama, Prudencio Aguilar le tocó el hombro en un cuarto inter