La Zona.
En la secuencia inicial de la ópera prima de Rodrigo Plá un joven conduce su auto por el que parece una colonia de hogares económicamente privilegiados donde prevalece la calma y la tranquilidad, hasta que la cámara hace un giro alto y muestra una enorme barda con alambres electrificados y cámaras para protegerlos quizás de la montaña de casa humildes que se encuentran al rededor.
Y la historia empieza así; enclavada en algún remoto lugar de la Ciudad de México, se encuentra una unidad residencial llamada La Zona, un conjunto de lujosas casas rodeadas por una enorme barda y vigilancia de alta tecnología, para evitar a toda costa el contacto con el peligroso ambiente que los rodea de criminalidad, violencia e impunidad. Una noche de tormenta tres ladrones de poca monta ven su oportunidad de entrar a La Zona y la aprovechan, sin contar que ahí adentro los vecinos se encuentran fuertemente armados y protegiéndose entre ellos repelen el asalto al balazos, resultando así en la muerte de dos de ellos y la de una residente de La Zona. El tercer asaltante, el más joven de ellos, lográ huir y ocultarse en algún lugar de la zona residencial.
Los vecinos indignados y en shock urgen a una reunión para decidir que hacer al respecto, ya que las autoridades los tienen condicionados, al primer conato de violencia en La Zona, los vecinos perderían todos sus privilegios y tendrían que abrir las puertas de su fortaleza. Así deciden ocultarle lo sucedido a las autoridades, desechar los cuerpos de los asaltantes en los contenedores de basura y buscar a toda costa al tercer asaltante. Sin embargo no todo es tan sencillo, hasta La Zona llega el Comandante Rigoberto, quien tras recibir el aviso de disturbios e intuir que algo turbio ocultan los finos residentes intentará descubrir lo ocurrido y probar que la justicia también se aplica a los más privilegiados.
Y la historia empieza así; enclavada en algún remoto lugar de la Ciudad de México, se encuentra una unidad residencial llamada La Zona, un conjunto de lujosas casas rodeadas por una enorme barda y vigilancia de alta tecnología, para evitar a toda costa el contacto con el peligroso ambiente que los rodea de criminalidad, violencia e impunidad. Una noche de tormenta tres ladrones de poca monta ven su oportunidad de entrar a La Zona y la aprovechan, sin contar que ahí adentro los vecinos se encuentran fuertemente armados y protegiéndose entre ellos repelen el asalto al balazos, resultando así en la muerte de dos de ellos y la de una residente de La Zona. El tercer asaltante, el más joven de ellos, lográ huir y ocultarse en algún lugar de la zona residencial.
Los vecinos indignados y en shock urgen a una reunión para decidir que hacer al respecto, ya que las autoridades los tienen condicionados, al primer conato de violencia en La Zona, los vecinos perderían todos sus privilegios y tendrían que abrir las puertas de su fortaleza. Así deciden ocultarle lo sucedido a las autoridades, desechar los cuerpos de los asaltantes en los contenedores de basura y buscar a toda costa al tercer asaltante. Sin embargo no todo es tan sencillo, hasta La Zona llega el Comandante Rigoberto, quien tras recibir el aviso de disturbios e intuir que algo turbio ocultan los finos residentes intentará descubrir lo ocurrido y probar que la justicia también se aplica a los más privilegiados.
Plá realiza un impresionante debut con una cinta fuertemente original, un tipo de cinta pocas veces visto en el cine nacional, un drama combinado con un emocionante trhiller, mostrando al mismo tiempo un ejemplo de la fuerte separación social y económica del país, en el que se aplica eso de que o se es pobre o se es rico, pero mostrando que ambos estratos tienen sus defectos y virtudes. En el segundo acto de la cinta, donde al parecer todo esta a punto de resolverse y las autoridades estan a punto de meter orden en el asunto y castigar a cualquiera que resulte culpable, la cinta da un fuerte giro que en lo personal me confrontó duramente contra el México verdadero, ese en el que todo, absolutamente todo, puede arreglarse con una lanita, o una lanota, de por medio.
Un discurso que quizás ya lo hemos visto antes en el cine mexicano, pero que aquí se nos presenta desde otra perspectiva todavía más escalofriante, aquí la cinta no se trata sobre criminales, tráficantes, secuestradores o gente pobre y desamparada, aquí vemos a gente normal, educada, elegante y puediente, esa que podría resultar todavía más peligrosa.
Aunque es muy poco lo que se le puede pedir a la cinta, quizás solamente un ritmo más parejo, esto queda opacado por el gran trabajo de manufactura, con una buena edición, una muy adecuada banda sonora y un trabajo de fotografía muy original y peculiar, aunado al trabajo de un elenco grande y variado que muestra muchas caras muy poco vistas, pero no menos talentosas, en el cine mexicano.
Sin duda La Zona es una gran película, que ojala vieramos todos los mexicanos e intentáramos entender un poco mejor lo que ocurre en nuestro país para que no ocurrá lo que una de las frases de la cinta advierte: "¿Quierés que te lea el futuro? Nos vamos a ir todos a la mierda."
Yo opino: * * * *.
(La Zona, Rodrigo Plá, México, 2007.)
Comentarios
Besos cariño.
Saludos! :)
Nancy
Saludos!
No lo conocía. A partir que vi
aquí en Guadalajara vimos "Desierto Adentro" y es fenomenal.
No por nada se graduó "Cum Laude" del CCC,
Que buen blog, da gusto que propongan algo mas que texto¡¡¡
saludos¡¡
No deja de ser un filme, no una clase de civismo
QUE TE LO PASES DE MARAVILLA Y RECIBAS MUUUUUCHOS REGALOS!
UN BESOTE! (con permiso de tu vieja, of course)
Saludos de Alf.
Lula gracias por tus felicitaciones. :)