La Isla siniestra.

Bienvenidos sean todos. Pero aunque ésta sea una isla no es el paseo tropical que tal vez esperaban, éste es un conjunto de rocas a la deriva del bravo mar, que alberga un hospital psiquiátrico especializado en criminales dementes del que es prácticamente imposible escapar. Por si esto no fuera suficientemente atemorizante el lugar es azotado por una fuerte tormenta que ha cortado toda comunicación con el exterior y todo el lugar es administrado por Martin Scorsese, uno de los mejores artesanos el cine norteamericano, quién de más está decirlo puede irse a los lugares más densos, violentos y oscuros cuando realmente se lo propone. Y ésta es una de esas ocasiones.

Así llega el agente estatal Teddy Daniels junto con su compañero a éste paraje alejado de la mano de Díos y de toda esperanza para investigar sobre la extraña desaparición de una peligrosa reclusa con pasado tormentoso. Desde el principio sabemos que algo aquí no marcha bien, la mujer parece que se ha esfumado de la faz de la tierra, al personal no le importa ni le interesa colaborar, los médicos que rigen el lugar le ponen trabas a la investigación y poco a poco todo se va retorciendo y tergiversando hasta darnos cuenta de que en realidad a donde hemos entrado es a un lastimoso laberinto y quién sabe si podremos salir escapar.

Scorsese esta vez nos regala una cinta bastante densa y violenta desde una perspectiva psicológica inspirada enormemente en los clásicos del género en cuanto al aspecto visual y llevándolo al extremo en la narración. El guión basado en una novela homónima pareciera que ha sido desarrollado tras muchos años de estudio y minucioso trabajo pues una vez que se analiza a conciencia nos damos cuenta que todo ha sido colocado en su justo lugar y momento y nos arrastra a este intenso y emocionante paseo.

Martin echa mano de un muy interesante y efectivo casting comenzando con Leonardo DiCaprio quien realiza un trabajo sólido, rico y complicado, como la cinta misma, llevando casi por completo toda la responsabilidad del filme entero sin gran esfuerzo en apariencia, acompañado del siempre interesante Mark Ruffalo, la bella y tormentosa Michelle Williams y como el jefe de todo el lugar el escalofriante y brillante Ben Kingsley, entre muchos otros.

Scorsese se pule en el manejo de cámaras, sabe donde acomodarla, cuando y como moverla para mostrarnos exactamente lo que se necesita, hay algunas tomas que son geniales, muy estudiadas y que duran apenas unos cuantos segundos, la fotografía es también un gran acierto, no solo nos muestra el decadente y escalofriante escenario si no qué además nos regala un par de nítidos y vívido flashbacks, llenos de color pero también de espanto.

La cinta es toda una emocionante y tortuosa aventura en la que inteligentemente nos llueve información que se va transformando y cambiando con el correr de los minutos, es como un juego mental que va cobrando matices al mismo tiempo que van apareciendo diferentes personajes y temas, que van desde la locura, los tratamientos poco ortodoxos de la época, la experimentación en los seres humanos, secretos de seguridad nacional, pero cuando al final todo cae por su propio peso, nos encontramos con una trágica pero sencilla historia de un par de personajes tratando de lidiar con la locura de la vida.

Es una película de Scorsese y por lo tanto es una película dura, sin concesiones ni respiros quizás muy complicada para algunos y que quizás se siente un poco larga y extendida pero sin duda valdrá la pena seguirla de principio a fin, para darnos cuenta de lo que atesora el corazón de toda la historia y donde uno será bien remunerado al atestiguar, una vez más, el genio del chaparrito director en todos y cada uno de los sentidos que implica la palabra cine.

Es muy prematuro hablar de premios, cuando acabamos de terminar la temporada de reconocimientos de éste año, pero la cinta es impresionante y aunque es una experiencia muy cerebral es casi seguro que no será ignorada para los galardones del próximo año. Además el atrasó que sufrió su estreno pareciera confirmar que los realizadores de la cinta no querían enfrentarla con la película de bestias azules, que dentro de 12 meses será un asunto del pasado. El tiempo me dirá si tengo algo de razón o ya me volví loco.

Yo opino: ***** / *****.

(Shutter Island, Martin Scorsese, E. U., 2009.)