¿El Plan Perfecto?

Ya se acerca el verano, salas de cine repletas de gente, largas filas para entrar y comprar palomitas, niños ruidosos corriendo para todas las direcciones y paradójicamente de muy pocaspelículas interesantes que ver. Domingo por la noche, nada que ver, termino por entrar a ver El Plan Perfecto, que al menos tiene la presencia de Jodie Foster y al parecer una trama con
mucho suspenso, pero ¿Cuantas películas en el mundo existen acerca de un robo bancario? ¿Qué podría tener esta película de interesante para distinguirse de las demás que tratan el tema? Pues si... casi nada.

El Spike Lee, le agrego a la situación los conflictos raciales y psicológicos del Nueva York post 9/11, pero resulta que los mentados asalta bancos, que son mas buena onda que Lucerito, no tienen ninguna prisa por resolver la situación, ni siquiera se preocupan de golpear o matar alguno de los insufribles rehenes para que al menos se ponga mas interesante el cuentito. En lugar de eso, el líder de los malitos (Clive Owen) se pone a jugar al gato y al ratón con un policía "afro americano", interpretado por el afro americano Denzel Washington, como si la única misión de los asaltantes fuera matar de desesperación y aburrimiento a los polis y de paso al publico.

Mientras las largas conversaciones entre los personajes seguían en la pantalla, yo la verdad, hice un último esfuerzo por acomodar de una forma ergonómica mi trasero en el asiento, que para este entonces ya se encontraba todo molido, me relaje y me puse a pensar que otras películas de rateros bancarios había visto. Pero la neta las únicas que se me vinieron a la mente era aquella cochinona, Bancazo en los Mochis, una mexicana de "Serie B", en la que sin duda había mas violencia y emoción.

O como aquella de Mario Almada, de la que no recuerdo el nombre, pero en la que él acompañado por un sequito de malhechores de barriada asaltan un banco pasando lingotes de oro por una alcantarilla... Ahí nos tienen a todos los alumnos de la Escuela Primaria "Moisés Asís" de Frontera, Coahuila, mordiéndonos las uñas de la emoción por ver si lograban su misión imposible.

Es que por aquel entonces, los dos cine piojitos que sobrevivían en Frontera, El Palacio y El Encanto, que el día de hoy es un centro de reunión de cristianos, andaban en las últimas y con tal de vender de perdido para comprar mas maíz para palomitas, le vendían a funciones a las escuelas. Así que cada niño pagaba su entrada por una módica cantidad y las maestras se organizaban para acarrear al rebaño de chamacos por la orillita de la calle, no nos fueran a atropellar. Todos felices de la vida, con tal de saltarnos un par de horas de clases y ver una buena película de los Almada Bros o ya de perdis una donde salieran los Tigres del Norte.

Era de lo mas interesante voltear a todos lados de la sala y descubrirte por rodeado de tus cuates, mientras se comían sus gansitos con frutsis o jugos de naranja en botellita de vidrio, con las maestras sentadas estratégicamente entre la muchedumbre vigilando que todo estuviera bajo control.

Era de lo mas chido, cuchichear con los compañeros cualquier referencia sexual que se le escapará a la censura escolar, como el conveniente tamaño de pechos de alguna güera, un besito pasional o para atacarnos de la risa con algún chiste escatológico, como aquel de aquella película japonesa, en la que en un cuarto de baño dividido en dos provoca que un japonesito tiente con la mano buscando un jabón del otro lado solo para toparse con el trasero del otro japonesito que convenientemente se había agachado por el jabón, en fin todos esos detalles que son muy importantes para la educación de un chamaco de 8 años y ante un pre puberto público por demás agradecido.

Lamentablemente el chistecito se termino, al menos para mi, cuando hasta los oídos de mi Mamá llego la novedad de que en una de esas apareció inesperadamente, ante la risa de las maestras y ante mas de 100 menores de edad una mujer desnuda bailándole a la pantalla. Desde entonces cuando se anunciaba "Mañana Función de Cine" al día siguiente me quedaba en casa aburrido...

Tan aburrido como me la pase al final de El Plan Perfecto, donde se suponía que había sorpresa, el publico reaccionó con indiferencia y donde al encenderse las luces, solo se veían caras somnolientas y no aquellas sonrisas satisfechas y agradecidas allá en los ochentas en el hoy abandonado Cine Palacio cuando un ciento de niños habían visto por accidente a una mujer desnuda.