Barrio Chino y otros vecindarios.

Paramount Pictures

Iniciaba la década de los 70 y Roman Polanski se encontraba autoexiliado fuera de los Estados Unidos, después del brutal asesinato de su esposa a manos de Mason y su clan. Polanski aún sin recuperarse se negaba rotundamente a volver a Los Ángeles, hasta que se topó con un guión que andaba circulando por aquellos vecindarios, llamado Barrio Chino (Chinatown).

Dicho guión fue escrito por Robert Towne, quién comentó que la idea se le ocurrió cuando un policía que vigilaba el barrio chino de Los Ángeles le contó que lo mejor que se podía hacer para mantener el orden en esa zona era hacer lo menos posible, ya que con la confusión de los diferentes dialectos era imposible saber si al tratar de resolver una situación uno estaba evitando o ayudando a cometer un crimen, idea que fue aplicada a la perfección en el filme.

Finalmente, después de mucho insistirle, Polanski regresó y puso manos a la obra en la filmación de dicho guión acompañado por un entonces joven y galán Jack Nicholson y la bella Faye Dunaway.

Paramount Pictures

La historia narraba como Gittes, un detective privado, es contratado por una misteriosa mujer para seguir a su marido, un alto funcionario de la comisión de agua y energía, por que creé que le es infiel. Gittes se ve envuelto en una gran sarta de intrigas cuando el hombre a quien seguía desaparece misteriosamente y es asesinado, descubriéndose un intrincado complot para utilizar los recursos energéticos de la ciudad para el beneficio de unos cuantos.

Demás esta decir que la cinta fue muy bien recibida, se embolsó algunos premios, un sin fin de nominaciones y de paso se convirtió en todo un clásico del cine negro, gracias en parte por el gran guión en que esta basada, el bello trabajo de producción y arte, pero en gran parte gracias al personaje interpretado por Nicholson, quien resultó ser un perfecto antihéroe… Tan bueno, que algunas producciones recientes han intentado referenciarla o emularla, con la verdad sea dicha, bastante malos resultados.

(Chinatown, Roman Polanski, E. U., 1974.)

Universal Pictures

El Misterio de la Dahlia Negra.

En esta cinta dirigida por Brian De Palma, antes reconocido artesano de excelentes thrillers, trata de sacar a flote una cinta de misterio sobre el verídico y cruel asesinato de una actriz que ocurrió en Hollywood allá en los años 40. Los protagonistas son un par de jóvenes policías se ven envueltos en el caso, sobre todo el personaje interpretado por Josh Hartnett, quién tendrá que lidiar con el misterio que involucra bellas actrices recién llegadas al pueblo en busca de fama y fortuna, un underground bar de mujeres homosexuales y una excéntrica y poderosa familia. Aunque De Palma realiza un buen trabajo de cámaras y la cinta esta aderezada con una extraordinaria fotografía que fue nominada al Oscar, la verdad, algunas partes de la historia resultan embarazosas de tan malas y trilladas que son. Y uno solo se cuestiona… ¿cómo es posible que Hilary Swank, doble ganadora del Oscar, se animara a participar en semejante filme y con un personaje muy por debajo de su nivel actoral?

Yo opino: * *

(Black Dahlia, Brian De Palma, E. U., 2006.)

Focus Features

Hollywoodland.

En esta historia Adrien Brody interpreta a un fraudulento detective privado venido a menos, que es contratado para resolver la misteriosa muerte de George Reeves, interpretado por Ben Aflleck como el primer actor encargado de representar a Superman en la televisión americana, muerte que según la versión oficial fue un suicidio, pero que las múltiples pistas dan a entender que en realidad fue asesinado. Sin embargo cualquier intento por crear una atmósfera de misterio resulta en vano, al contar en una historia paralela el drama del entonces famoso Reeves, quién lejos de convertirse en el actor de carácter que quería ser, fue encasillado y obligado a vestir el traje de Superman hasta su muerte, arrastrando al enorme grupo de pequeños fans a la depresión. Aunque en la cinta destaca además la actuación de Diane Lane como amante del fallecido actor, la cinta pierde su interés cuando entre las dos historias resulta difícil enamorarse de cualquiera de los débiles personajes, por lo que la frialdad envuelve el desarrollo de la historia.

Yo opino: * *.

(Hollywoodland, Allen Coulter, E. U., 2006.)