El Sentido de la Vida.

© UIP

Hace ya muchos veranos, en un jueves por la mañana, de esas en las que uno descansa de la escuela y se levanta hasta tarde, los toquidos a la puerta de mi casa me despertaron. Al levantarme ví un recado de mi Mamá, ella y mis hermanos se fueron desde temprano a visitar a mis abuelos. Cuando abrí la puerta mi pálido hermano me dijo de sopetón que el abuelo había muerto.

Yo sin querer creer y pensando que algo se podría hacer me vestí a la carrera y ambos caminamos a toda prisa de camino a la casa de los abuelos, que esta a un par de calles de la mía.

Cuando llegue a la cuadra de mis abuelos, los vecinos nos hicieron vaya a mi hermano y a mi y nos permitieron pasar. Al entrar a la casa, todo estaba tranquilo, menos mi madre que lloraba desconsolada acompañada de una vecina… A mi Abuelo ya se lo habían llevado al hospital, todo cubierto por una sabana blanca.

Mi Abuelo era uno de esos hombres severos, de esos que duelen en vida, pero nunca me imagine que dolería más de muerto. Uno de esos hombres que les toco una vida difícil, de arduo trabajo y vida dispar, pero aún y con todo ello había logrado criar a sus once hijos, entre ellos mi madre y de paso a mi y mis hermanos, después de la muerte de mi padre.

© UIP

El golpe le dolía a la familia por doble, pues a tan solo un par de días una de mis tías, estaba por casarse, e incluso mi abuela había mandado a la tintorería el traje del abuelo, que iba usar ese día y ahora lo vestiría para su última morada.

El día fue bastante intenso, un par de horas después estábamos todos viendo su cuerpo dentro del féretro, despidiéndonos y llorando.

Cuando la noche iba llegando, a todos los nietos, de los cuales por ser el mayor yo estaba a cargo, nos fueron a llevar a la casa de los abuelos, ahí pasaríamos juntos la noche mientras lo adultos permanecerían en el velorio. Así que todos reunidos veíamos la tele, hasta que uno a uno, se fueron repartiendo en todas las camas de la casa.

Al final quede yo despierto, era la media noche y en la tele de pronto anunciaron la próxima película. Cuando escuche el titulo me quede de a seis, y les juro por mi abuelo que no les miento. La película se llamaba El Sentido de la Vida.

© UIP

De pronto, me di cuenta que estaba en el cuarto en el que mi abuelo, varias horas atrás había fallecido, aunque eso no me asustó, por el contrario me tranquilizó bastante, así que sin tener nada mejor que hacer, respire hondo y me dispuse a ver tal cinta.

Ante mi sorpresa, la cinta no era para nada un drama existencialista, ni mucho menos una cinta reflexiva, por el contrario era una comedia satírica en el mas puro humor inglés de la Monty Python, en la que al inicio un par de peses en la pecera de un restaurante gastan sus días en ir de aquí para allá hasta terminar en uno de los platillos exóticos de los comensales, por lo que comienzan a preguntarse unos a otros, eso que muchos queremos saber, eso por lo que los grandes filósofos de la humanidad se han roto el coco, la gran pregunta: ¿Cuál es el sentido de la vida?

Lo que siguió fue una lista de escenas que, en el muy particular punto de vista de este escuadrón de la risa, se dedican a desmenuzar diferentes aspectos de la vida de los humanos, como la religión, la sexualidad, el aprendizaje, la muerte, etc., en el que a primera vista podría parecer una simple autocrítica con el propósito de hacer reír, pero detrás de aquellas disparatadas anécdotas había una invitación a reflexionar pero eso si, con una sonrisa en la boca.

© UIP

Al terminar la película me acosté para tratar de dormir, en la cama que durante los últimos días de vida había pertenecido a mi abuelo… Aquel había sido un largo día, aunque el siguiente no pintaba muy bueno, pues como bien dicen los que saben, había que llevar a sembrar al abuelo.

Varios años han pasado desde aquel día y aún hoy en día no se si he encontrado el sentido de la vida, mi familia supongo que lo hizo pues al siguiente día del entierro mi Tía se casó y aunque no hubo baile, ni gran fiesta, todos estuvimos ahí sentados, compartiendo la cena y muchas historias… En cuanto a mi, supongo que sigo buscando, y mientras lo encuentro, sigo viviendo.

Monty Python: El Sentido de la Vida.
(Monty Python's The Meaning of Life, E.U., 1983.)

Comentarios

Anónimo dijo…
Muy bueno tu blog... te invito al mio, es de cine... www.lacoctelera.com/radiografias.
Nos vemos alla
Luis Cineralio dijo…
Milton tu blog, esta chido.

Mr. Ninja: ¿Para que sentarse a pensar? !Mejor a vivir! Aunque bueno, estoy seguro que ud. practica la meditación como parte de su trabajo...
Anónimo dijo…
Interesante tema para refelxionar... Creo que lo que debe importarnos no es lo que podamos esperar de la vida, sino lo que ella espera de
nosotros, para mi vivir es aceptar con dignidad el desafío que plantea la vida cualquiera que este sea.

Creo que la actitud personal ante las circunstancias de nuestra vida nos ayuda a decidir nuestro propio camino y esa libertad de poder decidir hace que la vida tenga sentido y propósito.
Ruth dijo…
Muy bonto post, ya lo habia leído ayer pero no pude dejar mi comentario.

Más que buscarle sentido a la vida yo creo hay que dárselo uno mismo y por lo que veo, vas por buen camino.

SalU2!
Luis Cineralio dijo…
Sabias palabras Hysteria y Ruth.

Me da gusto que el consenso sea muy similar, que todos tengamos mas o menos la misma idea, que no nos andamos con boludeses, como dicen los argentinos.

Gracias a todos.
Patricia 333 dijo…
¿Cuál es el sentido de la vida?

VIVIRLA mientras tengas vida

Entradas más populares de este blog

Frente al Abismo. (L.I.E.)

Fuera del Cielo.

Sin Lugar para los Débiles.