Jesucristo.

En 1973 la pasión de Jesucristo llego a las pantallas a través de un musical que ya había probado suerte en Broadway, llamado Jesucristo Superestrella, donde Jesucristo es puesto como el líder de una comunidad hippie y en cuyo guión además se menciona que Jesucristo y sus apóstoles eran acompañados por sus esposas. Aún así, algunas de sus canciones son conmovedoras y ayudan a seguir desde un nuevo punto de vista el vía crucis de Jesús.

Algunos años mas tarde, Martin Scorsese, allá por 1988, se atrevió a ir todavía más allá y nos mostró a un Jesucristo lleno de dudas y miedo a enfrentarse a su destino marcado, para culminar con una fuerte última escena, en la que Jesús moribundo en la cruz imagina que en lugar de entregarse por los hombres, se casa con María Magdalena y forma una familia. No conforme con eso, Judas, al entregar a Jesucristo, lo besa en la boca y no en la mejilla. Razones más que suficientes para que fuera prohibida, hasta hace muy poco y las pocas personas que pudieron verla en su momento lo hicieron a escondidas.

En 1999 una película llamada Dogma menciona que la iglesia esta intentando atraer a nuevos públicos, por lo que se crea la imagen de un Jesucristo buena onda y nice.

En el 2004, un entonces mejor ponderado Mel Gibson despertó de nuevo la controversia filmando el vía crucis con la violencia propia de otro tipo de cintas, en el que lejos de mostrar cualquier atributo del personaje, este es pisoteado, latigueado, humillado a más no poder, con el propósito de recordarnos su sufrimiento y reavivar nuestra fe. Incluso hubo algunos rumores de que durante la filmación Jim Caviziel, el protagonista y otro miembro del crew fueron alcanzados por un rayo, sin haber sufrido lesión alguna.

¿Cuál de estos preferimos?

Tal vez ninguno o tal vez un poco de todos, puesto que, aunque uno de los propósitos de una cinta es inspirarle algo al público, ninguna podría captar al 100% un personaje histórico y espiritual tan complejo y profundo. Después de todo, algunos mortales seguimos intentando conocerlo.

Felices pascuas a los que creen en Él. ¡Y a los que no, feliz puente!