Memorias de una Geisha

© Columbia Pictures

A ver, les voy a contar una historia... Se trata de una mujer pobre, que se enamora de un hombre que no es de su condición, pero que aún y sabiendo esto guarda esperanzas de algún día poder abrazarlo y convertirse en su esposa. De pronto recibe la ayuda de una hada madrina que la convierte de un carbón sucio y polvoriento a un brillante diamante convirtiendo así sus falsas esperanzas en una realidad que puede alcanzar.

¿Como se llamo la obra? La Cenicienta, María la del Barrio, pero también... Memorias de una Geisha.

Sin importar si realmente retratan lo que una Geisha es en realidad, o si los principios morales de la época y de Japón son presentados con justicia, nos narran esta historia que ya hemos visto antes, pero que con otros elementos que curiosamentela hacen interesante... y disfrutable.

Basada en el gringo best seller de Arthut S. Golden, nos transportan al Japón a unos cuantos años antes de la Segunda Guerra Mundial, por medio de un gran juego de pirotecnia que hace de esta cinta un placer culpable y enormemente difrutable sobre todo por la excelente manufactura y dirección de Rob Marshall, una excelente fotografía y una excelsa banda sonora a cargo de John Williams, quién esta vez si se puso las pilas y creó una música que enmarca y aumenta el valor dramáticode cada momento.

© Columbia Pictures

La inquieta cámara además, que de pronto se mueve como si estuviéramos viendo una cinta independiente o experimental, no tanto como una superproducción lo acerca a uno a los personajes y a inmiscuirse más en la bien fluida historia y no solo se encarga de crear imágenes panorámicas en las que a veces caen este tipo de cintas.

Las actuaciones de todas las mujeres principales, se vuelven también un buen agregado y aunque algunas de ellas ni siquiera son japonesas, como Ziyi Zhang la protagonista, quién es de nacionalidad china, nos dejan ver que una geisha es algo diferente a una "teibolera" o cualquier otra derivación del oficio. Un gran paso a la carrera de Zhang, quien a pesar de su corta edad a construido un excelente historial al trabajar con algunos de los directores más interesantes de asia y ahora, esperemos... también de Norteamérica.

En fin todo un desfile de kimonos, coloridos escenarios, vueltas de tuerca que Thalía envidiaría para alguna de sus novelas y mucha pirotecnia es lo que conforma a este divertido y romántico espectáculo, que dicho sea de paso, resulta bastante... occidental.

Yo opino: ** 1/2

Memorias de una Geisha.
(Memoirs of a Geisha)
Disponible: Cartelera.
Clasificación: B.
País: E. U.
Año: 2005.
Dirección: Rob Marshall.

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