Los Monólogos de la Vagina

Hace un buen rato que no iba al teatro y menos a ver una obra “comercial” traída de México, D. F., y aunque no se trato de una obra comercial propiamente dicho, es muy distinto e interesante ver como un espectáculo teatral se vuelve un evento social masivo, lo cual no es muy fácil de ver con el teatro experimental que es el que yo trato de hacer y el que más se hace en nuestra ciudad.

El teatro Monterrey del IMSS estaba a reventar, tan es así que me tocó literalmente hasta mero atrás y me tuve que imaginar los rostros de Diana Bracho, Anabel Ochoa y Ludwica Paleta. La asistencia fue bastante diversa había socialité, que comentaban sobre lo mucho que les gustaba el teatro y luego mencionaban entre sus obras vistas las del Teatro Versalles y la Nena Delgado, había mujeres interesadas en el tema, personas interesadas en ver a las actrices y por ahí uno que otro seguidor del teatro, como yo.

Y ahora entiendo por qué es tan exitosa la obra y por que han estado en cartelera durante cuatro años, para empezar el tema y sobre todo la forma de tratarlo es bastante original e interesante, la formula de la producción en el que un diverso número de personalidades alternan funciones y la sencillez de la producción les facilita llegar a cualquier rincón del país. Pero por sobre todo esto es bastante emotiva y divertida.

Tanto Diana Bracho, una de mis actrices favoritas y Anabel Ochoa realizaron un despliegue de personalidad con lo que se ganaron al público y lo mantuvieron divertido en todo momento.

Del espectáculo comprendí un par de cosas. Primero: que traumático ha de ser para las mujeres no conocer a ciencia cierta sus genitales, al menos no tanto como el hombre los suyos. Y segundo: gracias a Ludwica Paleta, que les resulta muy fácil a las mujeres fingir un orgasmo.

Esta obra para mi es el preámbulo de la temporada de teatro que se avecina, pues ya empieza mañana el Encuentro Estatal de Teatro, del que espero poder ver varias cosas y comentar sobre ellas en este espacio.