Así.
© Xul Producciones
¿Cuánto se puede vivir en 32 segundos? Esta es la sugestiva pregunta que acompaña al póster y con lo cual lo invitan a uno a aventurarse a una de las películas mexicanas más originales y atrevidas que he visto últimamente.
Y la pregunta viene al caso por que la historia esta narrada por escenas que duran exactamente 32 segundos, las cuales inician siempre a las 11:32 p.m. y por medio de ellas vamos conociendo poco a poco a nuestro protagonista, Iván, un joven que habita un pequeño cuarto, trabaja en una librería y en sus ratos libres le lee a su amigo invidente, quien estudia literatura.
Un día Iván recibe como regalo una cámara digital y con ello inicia una nueva aventura, la de retratar lo que ocurre con su vida y su entorno y por ende su propio interior.
Así no es una película donde la lógica y la claridad sean muy importantes, se asemeja más a un pastel que se nos va mostrando rebanada por rebanada y que quizás al final podremos saber de que sabor era, mientras uno se relaja y se deja llevar por el buen ritmo y acompañar al protagonista en este, a veces doloroso, viaje.
Jesús Mario Lozano, artista regiomontano, crea en un pequeño apartamento un gran universo en el que un par de tortugas, no son únicamente un par de tortugas, una madre que aparece y se va a su antojo no es solamente eso y una pareja de amantes que se disputan el alma del joven, son algo mas que ello; un pequeño universo lleno de símbolos.
Y al saber que se trata de una cinta local, uno se dispondría a perdonar algunos tropezones técnicos, pero en este caso la sorpresa fue bastante grata, al encontrar una fotografía, que aunque es la combinación de varios formatos resulta ideal para esta cinta y además con un excelente soundtrack que ameniza esta memorable aventura de un joven por el paso de sus últimos días como tal, antes de convertirse en hombre.
Yo opino: *** ½
(Así, Jesús Mario Lozano, México, 2006.)
Y la pregunta viene al caso por que la historia esta narrada por escenas que duran exactamente 32 segundos, las cuales inician siempre a las 11:32 p.m. y por medio de ellas vamos conociendo poco a poco a nuestro protagonista, Iván, un joven que habita un pequeño cuarto, trabaja en una librería y en sus ratos libres le lee a su amigo invidente, quien estudia literatura.
Un día Iván recibe como regalo una cámara digital y con ello inicia una nueva aventura, la de retratar lo que ocurre con su vida y su entorno y por ende su propio interior.
Así no es una película donde la lógica y la claridad sean muy importantes, se asemeja más a un pastel que se nos va mostrando rebanada por rebanada y que quizás al final podremos saber de que sabor era, mientras uno se relaja y se deja llevar por el buen ritmo y acompañar al protagonista en este, a veces doloroso, viaje.
Jesús Mario Lozano, artista regiomontano, crea en un pequeño apartamento un gran universo en el que un par de tortugas, no son únicamente un par de tortugas, una madre que aparece y se va a su antojo no es solamente eso y una pareja de amantes que se disputan el alma del joven, son algo mas que ello; un pequeño universo lleno de símbolos.
Y al saber que se trata de una cinta local, uno se dispondría a perdonar algunos tropezones técnicos, pero en este caso la sorpresa fue bastante grata, al encontrar una fotografía, que aunque es la combinación de varios formatos resulta ideal para esta cinta y además con un excelente soundtrack que ameniza esta memorable aventura de un joven por el paso de sus últimos días como tal, antes de convertirse en hombre.
Yo opino: *** ½
(Así, Jesús Mario Lozano, México, 2006.)
Comentarios
Atte. Antonio Sonora