Hace cuarenta años...
Una de las cosas que extrañaba desde que tenía mi carro eran mis paseos en el metro y a mis amigos los taxistas. Uno se sube a un taxi y en apenas unos segundos ya esta hablando con toda confianza como con un viejo amigo. ¡La de cosas que me han tocado escuchar! Pero hoy en la noche al salir del trabajo, tome un taxi que era conducido por el señor Mario. Íbamos escuchando el radio, cuando el locutor comentó que al siguiente día, se cumplirían 40 años de una de las nevadas más impresionantes que se han registrado en la historia de la ciudad de Monterrey. De pronto Don Mario, le bajó el volumen al radio y me empezó a contar. Hace cuarenta años él tenía veinte de edad y trabajaba conduciendo un camión de volteo y en la madrugada del 9 de Enero de 1967, a causa de la baja temperatura, que se encontraba por debajo de los cero grados, comenzó a caer una bruma, que popularmente se le llama plumear, que luego se convirtió en una gruesa capa de 50 centímetros que lo cubría todo en el centro de Monterrey y toda el área metropolitana. Lo cual no detuvo para nada la actividad de toda la ciudad, pues para las 12 del día el sol ya había hecho lo suyo y la nieve se había extinguido. Un evento como este en otras zonas del planeta es algo muy común, como en Denver, donde uno de los hijos de Don Mario vive y donde llevan un mes continuo de nevadas que incluso han provocado graves accidentes, pero en un lugar tan árido como el norte de México es todo un espectáculo. ¿Quién no se ha maravillado al ver como la nieve transforma el paisaje, incluso a un basurero? En fin, me baje del taxi deseándole al Señor Mario buenas noches y si se puede, nieve para mañana.
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