Quinceañera.
Un gran debate se habré en México entre los cineastas que quieren filmar lo que se les venga en gana y el público que quiere verse reflejado de una forma realista y no solo como los protagonistas de tragedias urbanas violentas. ¿Quién tiene la razón? ¿Los cineastas que no se abren a nuevas fomas de cine mexicano o el público que preferiría un cine más cómodo de ver? Mientras ellos se ponen de acuerdo, otros artistas están contando nuestras historias.
Tal es el caso de Quinceañera, una cinta que relata las aventuras y desventuras de un puñado de mexicanos, cuyas historias giran alrededor de la tradición muy mexicana, de celebrar, echando la casa por la ventana, los 15 años de las jóvenes, que extrañamente esta escrita y dirigida por Richard Glatzer y Wash Westmoreland, un norteamericano y un inglés respectivamente y quienes gracias a su retrato de la comunidad chicana de Los Ángeles, fueron merecedores a los premios a Mejor Película, tanto del público como del jurado, del pasado festival de Sundance.
Tal es el caso de Quinceañera, una cinta que relata las aventuras y desventuras de un puñado de mexicanos, cuyas historias giran alrededor de la tradición muy mexicana, de celebrar, echando la casa por la ventana, los 15 años de las jóvenes, que extrañamente esta escrita y dirigida por Richard Glatzer y Wash Westmoreland, un norteamericano y un inglés respectivamente y quienes gracias a su retrato de la comunidad chicana de Los Ángeles, fueron merecedores a los premios a Mejor Película, tanto del público como del jurado, del pasado festival de Sundance.
© Sony Pictures Clasics
Ambos, habitantes de una comunidad repleta de latinos, especialmente mexicanos, tomaron prestados de su cultura algunos aspectos para escribir esta historia y después filmarla en la misma zona contando con la ayuda de sus propios vecinos, tomando sus casas como locaciones o a las personas como actores o extras, asistentes de producción o hasta vestuaristas.
La cinta cuenta como la vida de la joven Magdalena se trastorna cuando descubre, a poco tiempo de celebrar su quinceañera que esta embarazada, aún y cuando jura no a consumado una relación sexual. Echada de su casa por su padre, quién por cierto es pastor de una muy conservadora iglesia, Magdalena se refugia en la casa de su tío Tomas, un anciano que vende champurrado por las calles y su primo Carlos, un típico cholo de cabeza rapada, cuerpo tatuado y que por cierto es gay.
La cinta cuenta como la vida de la joven Magdalena se trastorna cuando descubre, a poco tiempo de celebrar su quinceañera que esta embarazada, aún y cuando jura no a consumado una relación sexual. Echada de su casa por su padre, quién por cierto es pastor de una muy conservadora iglesia, Magdalena se refugia en la casa de su tío Tomas, un anciano que vende champurrado por las calles y su primo Carlos, un típico cholo de cabeza rapada, cuerpo tatuado y que por cierto es gay.
Pero el guión lejos de concentrarse solo en la protagonista, aprovecha bien el tiempo y le da cabida a varios personajes por medio de los cuales se amplia una visión sobre la vida de los mexicanos en una tierra extranjera de una forma sencilla y honesta. Y aunque el ritmo no es una de sus mayores virtudes, la cinta nos narra pausadamente una historia en el que temas como la nostalgia, la familia y el perdón se abren paso en una historia en la que uno podría intuir un peor final, pero dejándonos claro que los mexicanos, a veces, también sonreímos al final.
Yo opino: ***
(Quinceanera, Richard Glatzer y Wash Westmoreland, E. U., 2006.)
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